UNA MENTE TRANQUILA

13 de octubre de 1987

La Mente Tranquila, el Corazón Tranquilo, el Centro Tranquilo; todos nos dirigen hacia casa, a Dios. Todos los pensamientos frenéticos, los sentimientos de miedo, los fracasos en el mundo de la forma nos llevan a la desilusión y a estar separados de Dios.

Tu trabajo terrenal consiste en cultivar una Mente Tranquila. Dentro de la mente tranquila todo es paz y hermosura, todo es pacífico y hermoso. Cuando el mundo te abrume con confusión y posibilidades temerosas, recurdate regresar a la Mente Tranquila.

Toma la decisión de pasar tiempo Conmigo, a diario, comunicandote sin palabras. Ignora los pensamientos, estos meramente decoran el sueño. Los pensamientos no interfieren con Mi comunicación si no les prestas atención. La Mente Tranquila vive hasta en los pensamientos. Los pensamientos no son lo suficientemente poderosos como para obstaculizar los mensajes sin palabras que comparto con Mis hijos. No te preocupes por los pensamientos. Sencillamente siéntate conmigo habiendo determinado, con tranquilidad que deseas mis bendiciones y mi guía. Con esto basta. Tellegará Mi mensaje sin palabras. Sentirás su impacto. Aún cuando te sientas ocupada y distraída e incapaz de aquitarte, puedes entrar en tu Mente Tranquila pues Yo me encuentro en ella y puedo atravesar la turbulencia si así lo deseas.

Hija mía, para alcanzar la paz solo se necesita el compromiso, no la santidad. Tráeme tu deseo de estar Conmigo, Yo puedo alcanzarte a través de la turbulencia de la mente exterior y traerte a la Mente Tranquila. Ahí te susurraré y sabrás que soy Yo. La Realidad está en la Mente Tranquila, no en el mundo. Y por mucho que el mundo te llame para que te envuelvas en su drama, no puede destruir tu realidad la cual se encuentra en tu Mente Tranquila.

Date tiempo para venir a Mí, para llamarme y yo entraré. No necesitas tener una mente tranquila para encontrarme. Para encontrarme sólo necesitas el deseo de querer entrar en tu Mente Tranquila. Las experiencias espectaculares no son la meta. Basta con la sonrisa interior que trae el reconocimiento. Tu recompensa está en el reconocimiento de que nos hemos tocado tú y Yo y recibirás Mi mensaje silencioso y se manifestará en tu vida.

Libro: El espíritu habla.

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