MENSAJE DE NOCHEBUENA

24 de diciembre de 1987

Libro: El Espíritu Habla

Queridos niños míos, una época del año bendita si recuerdas su significado.

Una epoca del año tormentosa si te enredas con el mundo de la forma. Si te enfocas en los ajetreados preparativos de comprar regalos, envolverlos, festejar, sobrellevar los problemas de tránsito, y lidiar con el mal humor de los seres queridos esto puede, sin duda, hacer que te olvides de la sencillez de lo que verdaderamente es la navidad.

Cuando te das cuenta que te has dejado enredar en el mundo de la forma y sus preocupaciones, sencillamente reconoce que es hora de regresar a la realidad, al amor. No es necesario hacer nada en el mundo de la forma -- sólo da un paso atrás y observa como se desenvuelve la obra.

Regresar a la realidad, es, sin duda, un paso bendito. Es especialmente dulce mantenerse en la realidad durante la navidad, porque la navidad es la celebración del Nacimiento del Amor en la Tierra. Se le recuerda a todas las criaturas vivientes que el Amor no ha abandonado a sus creaciones. Mira a tu alrededor para que veas como el amor se expresa de diversas maneras.

Pide ayuda para ver las expresiones del Amor con claridad, y experimentarás el milagro que es el renacimiento del Amor en el corazón humano. El dar y recibir regalos, mantenido únicamente al nivel de la forma, no es sino otra ilusión del ego que te llevará a la desilusión. Pero el dar y recibir regalos que se ofrecen y se reciben desde el corazón, renueva el Amor como el centro de tu vida. Los regalos pueden ser, sin duda del mundo de la forma-- eso es irrelevante. Pero el pensamiento, el modo de pensar detrás del dar es donde verdaderamente se encuentra el regalo.

Da para mantener tu corazón abierto. Da al igual que el sol brilla para compartir su luz. Da para mantenerte llena. Da como si cada regalo fuera alegría envuelta en una suave risa. Da hasta que tu corazón se desborde. Da sabiendo que cada regalo es verdaderamente una ofrenda al Cristo Niño en cada receptor. Da para re-despertar tu remembranza del regalo original que fue dado por el Padre a Sí Mismo cuando quiso experimentar Su Propio Amor; el regalo que el Padre se dió a Sí Mismo, fuiste y eres Tú.

La epoca de Navidad es un milagro si recibes cada mano que se extiende, cada instante de risa, cada intercambio de lágrimas, cada petición de ayuda, cada instante de silencio, cada expresión de amor como si viniese envuelto solo para ti por tu Padre amoroso. Si recibes cada regalo con paz en tu corazón, estás sin duda, en el Cielo. Y desde tu lugar en el Cielo, puedes enviar ángeles para que lleguen hasta todos tus seres queridos con luz resplandeciente. Dicho regalo no puede ser rehusado, pues el Cristo Niño renace en cada corazón humano cada vez que se ofrece un regalo. Y una vez que se ofrece un regalo, no puede sino ser recibido.

Mantén la Navidad en tu corazón. Celebra bajo tus decoraciones, y festeja hasta reventar, pero sabes que la Misa de Cristo se lleva a cabo en el altar de tu corazón. Ahí tu y yo celebramos juntos. Y ahí se encuentra tu hermano Jesús, esperando para encontrarse contigo también.

¡Alegría para el Mundo, queridos míos, El Señor ha venido!

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