top of page

El juego del ego

  • Foto del escritor: kala
    kala
  • 28 jun 2018
  • 3 Min. de lectura

"Hola, ¿que tal?


Sé que quieres escribir, te encanta hacerlo, sacar toda esa mierdita que llevas dentro y hacerme creer que eso soy. ¡Adelante! Inténtalo. Voy conociendo tus intenciones.


¿Quién está hablando? El Espíritu Santo no ataca, el amor no ataca."


El arte de observarse a sí mismo.

Observar los pensamientos que pasan velozmente por mi mente sin ser consciente de la mayoría de ellos. ¡Se siente tan real! lo vivo en mi mente y, por lo tanto, lo creo; lo creo en está realidad, en este "mundo".



Literalmente son como nubes, enormes nubes que no me permiten ver el cielo que hay detrás, el cielo que soy realmente.


Tal como lo describe Osho en su libro Tantra:


"Es como las nubes: al moverse pueden hacerse tan espesas que no te dejan ver el cielo que está detrás. El vasto azul del cielo se pierde cuando está cubierto de nubes.

Entonces observa: una nube se va y otra entra en tu visión de pronto; y de pronto, un punto del azul vasto del cielo.

Lo mismo sucede dentro: tú eres el vasto azul del cielo y los pensamientos son como las nubes invadiéndote. Pero los espacios existen, el cielo existe.

Los pensamientos existen separados de ti, no son parte de tu naturaleza. Ellos vienen y van; tú permaneces, persistes. Tu eres como el cielo: nunca viene o se va, siempre está ahí. Las nubes vienen y van, son un fenómeno momentáneo, no son eternas. Incluso si tratas de aferrarte a un pensamiento, este se va, no lo puedes retener, tiene su propio nacimiento y muerte. Los pensamientos no son tuyos, no te pertenecen. Vienen como huéspedes."


Esa es una de las funciones del ego, no me deja vislumbrar ese cielo que realmente soy. El ego sabe que cuando descubra ¿Quién soy?, muere. No quiere morir, es su instinto de supervivencia, no quiere dejar de sentir que es real, y solo yo tengo el poder de darle forma, de hacerlo "real". No existe, y no quiere que lo descubra.

Me trae mil emociones a flote que para mi no tienen ningún significado; siento la tristeza sin razón alguna. Al instante siento la tranquilidad que me brinda el Espíritu Santo. Voy pillando el juego del ego, sus técnicas; lo observo y lo identifico; le coloco limites y lo dejo estar; pero no sigo su juego, no alimento su drama.

Logrando así brindar el espacio necesario para escuchar mi verdadera esencia, escuchar al Espíritu Santo.


Cuando observas al ego y te lo pillas, te das cuenta que no eres eso, que no es real. Te das cuenta de que lo que eres realmente es el observador detrás de todos esos pensamientos, eres el cielo; y es ahí donde empiezas a percibir otra voz. Una voz mas amorosa, serena, tranquila, llena de paz, dulzura, compasión, sabiduría... conoces el ser divino que habita en este cuerpo, el ser divino que eres realmente.


Solo es cuestión de seguir observando y no identificarse con ese ego, con este cuerpo, con este mundo, con este universo, los cuales son todos creaciones del ego. Si quiere llorar, pues que llore; si quiere gritar, que grite; déjalo expresarse y ¡obsérvate! ¡disfrutátelo! ¡aprende! ¡decide!


Desenmascara a tu ego, NO ES REAL.


Eres divino y eterno, eres Amor divino y eterno.


Tranquila, ¡Te amo!♡


 
 
 

Comments


Join my mailing list

bottom of page